Microrrelato: "La amante"

   Tres hijos adolescentes, aunque Tomás, el mayor, estaba llegando a los veinte años y cursaba ya la carrera de medicina, y una esposa de 39 años, dos años menor que él, eran su familia. Lucía, su mujer, había abandonado la profesión de abogada para dedicarse por entero a la crianza y educación de los hijos desde que nació el primero. Lo hizo voluntariamente cuando descubrió el gozo de la maternidad, pero también fue una opción dolorosa, casi un sacrificio, de la cual no había arrepentimiento porque lo había hecho consciente de que así le permitía a su esposo aprovechar las mejores oportunidades para ascender en su brillante carrera empresarial que lo convirtió rápidamente en un prestigioso hombre de negocios de su país. Ella, sin embargo, no había descuidado nunca la pulcritud de su figura: gimnasio riguroso y renovadas cirugías plásticas, eran parte de la rutina de una bella esposa, entrenada perfectamente para la exigente vida social que debía llevar al lado de su marido. Él tampoco desatendía la práctica deportiva y su imagen de cuarentón irresistible a las mujeres, lo cual le había dado abundantes beneficios en la cama, adonde había llevado a cuanta mujer hermosa se le cruzaba ante sus ojos azulados que contrastaban con el marco entrecano de la cabellera muy bien recortada. Pero una noche quiso ser mujer y se acostó con su mejor amigo. Lo amó incansablemente hasta el amanecer y cuando despertó no quiso volver a calzarse nunca más el traje oscuro de exitoso y viril empresario y feliz padre de familia. Se propuso ser la mejor amante que su amigo había conocido jamás.