viernes, 21 de septiembre de 2012

Cara y seca de los argentinos

   La década mememista de los 90 expulsó ciudadanos de la sociedad, del mercado y del país: el movimiento piquetero estuvo en manos de los excluidos. La década de los Kirchner incluye y regresa a los excluidos a la sociedad, al mercado y al país: el movimiento cacerolero está ahora en manos de los incluidos de siempre, muchos de los cuales fueron privilegiados del modelo de Menem-Cavallo.
   Vivimos tiempos en que la pobreza y la exclusión pesa y molesta sobre las clases sociales más altas, tiempos en que los ricos intentan sacudirse a los pobres de encima. Tiempos, en fin, intoxicados del neoliberalismo que nos envenenó la convivencia alrededor del planeta y ha surcado profundas divisiones en los pueblos de todo el mundo, como la pretensión del norte rico de Italia de separarse definitivamente del sur empobrecido o la medialuna opulenta del sureste boliviano que quiere independizarse de las comunidades indígenas pobres del noroeste del altiplano. Los argentinos nos mecemos también en esos oleajes y nos molesta la reinclusión de millones de pobres que habían sido segregados de la sociedad y aun de las ciudades y de la ciudadanía. La Argentina de los 90 se retuerce todavía ante el mínimo bienestar que van recuperando los sectores sociales sobre los que recayó todo el costo de la fiesta de la convertibilidad neoliberal.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Microrrelato: "Destino"

  Apenas subió al automóvil alemán de alta gama, sintió que su verdadero destino le esperaba en la habitación del lujoso hotel adonde se dirigían. El viaje sirvió para adelantarle una lluvia de caricias y besos que presagiaban el ensamble perfecto entre las sábanas de seda. Sin ropa interior, dejó explorarse el cuerpo con todos los sentidos, mientras imaginaba que iba a su noche de boda. La luna llena los acompañó más tarde por el inmenso ventanal de la suite hasta el éxtasis de la noche. Su piel se estremeció una y otra vez en el jadeo viscoso de los cuerpos. Su mente, en cambio, la encarnó en la primera dama del imperio económico que la deslumbraba esa noche. Después vino el sueño, la relajación de los músculos y el sudor frío que se evaporaba como una nube de fascinación en el ambiente. Pero un sobresalto la sacudió de repente de la somnolencia: cobró de inmediato y regresó al lado de su niño, que dormía solito en el cuarto de pensión.

(c)Hugo Morales Solá


 Mi columna en El Corredor Mediterraneo. Revista cultural de Río Cuarto. Córdoba.  https://acrobat.adobe.com/link/review?uri=urn:aaid:scds:U...