Pájaros de la lluvia
te sumergen en el jardín
de donde vienes.
La lluvia moja los recuerdos,
tu, vuelas con las alas de la creación
y la sangre hilvana tus instintos
al árbol prohibido.
Y me atraes,
y me tientas.
Me seduces
y me perturbas.
Sabes que en tu cuerpo
se estrangula mi deseo,
que tus abrazos erizan
la piel del tiempo.
Como el mar insomne,
que sólo se adormece
en el pecho de la luna,
tus besos llegan de noche.
Y me buscan.
Me llevan y me traen
en el oleaje de tus labios
que se abren y se cierran,
que me aspiran y me tragan.
Vienes del primer día,
como una Eva sin Edén
y no puedo resistir
la marea nocturna de tu presencia.
(C) Hugo Morales Solá
martes, 13 de marzo de 2012
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