Sabes a la lágrima de los sauces sobre el río,
a la gota de agua que lame el ardor de los desiertos.
Suenas como el silbido de los álamos de la tarde,
como el bramido del tiempo sobre la memoria.
Hueles al aroma cruzado de dos nostalgias,
a los almendros de la noche.
Me habitas como un eco de la infancia,
como una semilla que guardará los frutos.
Me inundas como un viento de estambres
sobre el pistilo de los alelíes.
Tu presencia es inmensa como una luna de altamar.
Tu presencia es inmensa como una luna de altamar.
Y vuelvo. Siempre vuelvo,
como vuelve sin remedio
el silencio de los pájaros del atardecer.
(C) Hugo Morales Solá
(C) Hugo Morales Solá
4 comentarios:
Pánico y evanescente,como el recuerdo mismo. Muy delicado, Hugo.
armonía y dejo melancólico que llega
un abrazo
Clelia Bercovich
armonioso y dejo melancólico que llega
Buen poema Hugo, un placer leerte.
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