¿Puedes ver la esperanza?
Es apenas una brisa efímera,
que me acaricia por instantes
y me devuelve luego a estos ardores.
Aquí temo.
Es el miedo la cápsula que entumece mis pasos.
Me asusta agotar mis pies sin sentir que he caminado.
Es feraz la desesperanza, arada de desasosiegos.
Y todavía creo.
Es yerma la tierra de los sueños.
Y resisto.
Una voz que se apaga me lleva hacia adelante.
Pero ya no creo.
Prefiero volver hacia la melancolía,
que agita mi memoria y me envuelve.
Como un tibio útero, me nutre.
Ya no me rebelo.
Moriré por última vez, cuando me olviden.
© Hugo Morales Solá
sábado, 4 de mayo de 2013
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