Pisas el hielo de otros inviernos,
pero tus pies sienten el frío de la distancia.
Tus ojos lloran el llanto de otras sombras,
pero tus lágrimas se entierran en las ausencias
que te siguieron sin remedio.
Hay tantos cielos en el cielo
y no perteneces a ninguno.
Hay tantas tierras en la tierra
y flotas en el aire de nadie.
Vives aquí y sueñas allá.
Te has vuelto un ser del viento
de raíces etéreas casi irreales,
un extranjero de tu propia carne.
Piensas aquí y sientes allá.
Tus amores tienen dos riberas:
la de las pasiones viejas, que quedaron
en el puerto de aquella despedida
y la de las ternuras nuevas, que te salvaron
del cadalso de tantas soledades.
Lloras aquí y ríes allá.
Tu poesía está rota, rasgada de silencios,
de silencios que saben a destierro,
del destierro vertical que ahoga tus días,
por donde respira el dolor del naufragio.
El corazón se contrae aquí y se dilata allá.
De una orilla a la otra,
cruzas incansablemente la nostalgia.
Los amigos de aquí y de allá,
las dos playas de tus amores:
ésa es la verdadera patria,
ciudadano en fuga.
3 comentarios:
La identificación con el contenido y esa latencia emotiva que les has dado hacen que el poema sea para mí como "un directo en el plexo solar", como quería Roberto Arlt. Ya sus dos primeros versos son de una contundencia tan veraz y esto es lo que pide la poesía siempre. Conocimiento de la verdad. Un abrazo, querido amigo.
Maravilloso poema, lleno de emotividad y muy bien estructurado, con un resultado final impecable. Le agregan interés y fuerza aquellas figuras de repetición: aquí y allá.
Sencillamente precioso Hugo, felicidades poeta.
Un abrazo
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